
Infinitas puertas abiertas, etnografía del encuentro
La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Jorge Luis Borges |
Decimos adiós a Árbol adentro y presentamos Infinitas puertas abiertas
Abrimos este espacio para reflexionar y compartir las experiencias de un encierro forzado por una enfermedad nueva, desconocida y, eventualmente, mortal que obligó a países enteros y, con ello, a sus instituciones de educación superior, a cerrar sus puertas y suspender sus actividades presenciales. Quisimos, en Árbol adentro, rescatar las vivencias personales y las reflexiones íntimas de aquel mundo que, en la medida de lo posible, tuvo que permanecer apartado de la charla, del hallazgo y del paseo tal como lo concebía.
Después de los meses de encierro, se presentan nuevas circunstancias, y se espera que haya un retorno a una cierta normalidad. Con este cierre de ciclo, cerramos también este espacio que tanto nos ha enriquecido. Pondremos en marcha un nuevo proyecto que nos permita narrar nuestras diferentes experiencias al salir de la cuarentena, las diversas maneras de sentir el paulatino retorno a las rutinas habituales.
Luego de haber compartido en Árbol adentro uno de los trayectos más relevantes de nuestra historia, la reclusión feroz que pudo crecer provechosamente, nos dejamos encauzar por las Infinitas puertas abiertas, de las que Borges escribió en “La casa de Asterión”, para hospedarles, con el fin de que vuelvan a acompañarnos en este segundo itinerario histórico: el descubrimiento de la salida. Una vez más, bienvenidas y bienvenidos al laberinto.